Cuando celebramos: cumpleaños saludable

Este año hemos celebrado el séptimo cumpleaños de Mario. Madre mía, ¿ya tiene 7 años! ¿Cómo puede pasar tan rápido el tiempo? Hace nada lo tenía todo el día en brazos dandole la teta,…  Bueno, que me voy del tema, con la nostalgia.

Primero, los cumples los hacíamos en casa con la familia. Hacíamos una comida familiar y celebrábamos el cumple. El primer cumple con amigos fue cuando Mario estaba en P3 de infantil. Ese año alquilamos una sala de fiestas de esas que tienen chiquiparc, tipo «AL TEU AIRE» y vino la familia y unos cuantos amigos. Pero ya cuando Mario estaba en P4 nos dijo que quería invitar a toda la clase, entonces nos pusimos de acuerdo unas madres de niños de la clase que cumplían años en enero y hicimos el cumpleaños juntos también en una sala de fiestas. En total fueron 5 niños cumpleañeros y más de 60 personas en la sala. Fue una locura. Menos mal que la sala era grande y los niños se lo pasaron genial.

En P5 Mario también quería invitar a toda la clase (es que es muy sociable) y entonces lo hicimos conjunto con unos muy amigos suyos que son gemelos y que también cumplen el mismo día que Mario. La sala de fiestas era más pequeña y al haber menos gente fue más tranquilo que el cumpleaños anterior.

Este año, que Mario ya está en primero, no sabíamos que hacer. Había un problema, en primero mezclan a los dos grupos, así que este año Mario quería invitar a las dos clases. Cuando me dijo eso, casí me da algo. Nosotros no queríamos tanto jaleo. Queríamos algo más sencillo que Mario fuese el protagonista de su fiesta y queríamos una comida más saludable.

Así que decidimos invitar a unos 10 amiguitos, hacerlo en casa y contratar a alguna animadora para la fiesta.

Estuve mirando mucho por internet para ver que animadora podríamos buscar y por casualidad encontré la página web de Vanessa Varella  y que suerte tuvimos porque era lo que estábamos buscando. Una animadora fresca, risueña, súper respetuosa,  que trató muy bien a los peques y encima se lo pasaron pipa.

En cuando a la comida pensamos en cocinar algo más bien saludable para los niños y no poner los típicos ganchitos y bocadillos de nocilla (que no quiero decir, que quien lo haga lo haga mal, pero cada uno piensa de una manera, y nosotros preferimos cosas más saludables). Así que nos pusimos a buscar recetas y a cocinar. Los snacks que pusimos fueron:

• Hummus de garbanzos con tiras de zanahoria.
• Guacamole casero con nachos sin gluten.
• Pinchos de frutas.
• Nocilla casera.
• Empanada de atún y tomate.
• Tortilla de patatas.
• Galletas de pipas y pasas de Aldi.
• Snacks de verduras  de Aldi.
• Patatas fritas extragruesas de Aldi.
• Taquitos de queso y jamón serrano.
• Tarta de cumpleaños sin gluten con nata vegetal (sencilla, sencilla)

Y para beber agua y zumos sin azucar también de Aldi. (soy fan de Aldi)

Los niños se lo pasaron genial. Comieron de todo, hasta me sorprendí como cogían las zanahorias y las mojaban en el hummus. Todo el mundo sorprendido de lo bueno que estaba todo y nosotros contentísimos porque Mario estaba disfrutando de verdad.

Por la tarde vino la familia,  lo celebramos con ellos e hicimos un ritual de cumpleaños Montessori.  Había leído mucho sobre este ritual de cumpleaños  y tenía muchas ganas de hacérselo a mis hijos, porque es una forma muy especial de celebrar el cumpleaños. Por una parte permite interiorizar el concepto de ir cumpliendo años, ver como han crecido y han cambiado desde su nacimiento y además comprender el paso del tiempo e introducir como la Tierra gira alrededor del Sol.

Consiste en poner un sol dibujado en una cartulina en el suelo y alrededor del sol colocar todos los meses. Al niño se le da un globo terráqueo (a Mario le di una pelotita con forma de tierra).  Se le explica al niño que la Tierra tarda un año en dar la vuelta al sol, por lo tanto si el niño ha cumplido 7 años, la Tierra ha dado 7 veces la vuelta al sol desde su nacimiento. Por cada año que tiene el niño, tiene que dar  una vuelta alrededor del sol que tenemos en el suelo y le vamos explicando todo lo que ha pasado en ese año y cuando da la vuelta entera le ponemos una foto en el suelo de ese año. Al finalizar las siete vueltas, en el suelo tienen que haber unas siete fotos, una por cada año. De esta forma el peque puede observar el cambio que ha tenido, su crecimiento y se hace más consciente de ello. Cuando se termina el ritual, el  niño sopla la vela que le hemos puesto en medio del sol y se le canta una canción.

Me basé en la página web mami natura donde lo explica muy bien e incluso deja unos imprimibles gratis.

Os recomiendo que si lo queréis hacer es mejor que lo hagáis cuando estéis tranquilos, mejor vosotros solos, ya que es una cosa bastante íntima y pueden haber familiares que no lo entiendan.

Por la noche, cuando pasó todo, le preguntamos a Mario:

• Cariño, ¿cuál ha sido el cumpleaños que más te ha gustado?
• Éste, mamá.
• ¿Por qué cariño?
• Porqué había humus, mamá. Ah, y porqué todos me hacían mucho caso.

Al final conseguimos hacer un cumpleaños más saludable donde Mario fue el principal protagonista de la celebración, que en realidad es de lo que se trata.